Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

¿Y si no es verdad? José Daniel Pérez Sosa

¿Y SI NO ES VERDAD?


PRÓLOGO
Corría allá por el año 1700 A.C. , cuando aun existían las bestias mitológicas y la magia.
Dos muchachos se embarcaron en la aventura más grande de sus vidas para, salvar a  muchas personas de un enemigo invisible.
Llegado el momento deberán poner a prueba su valerosidad e ingenio o estará todo perdido.
CAPITULO 1: El bosque
La noche era fría y oscura,  el viento  arremetía  con fuerza y las nubes descargaban sin cesar una molesta lluvia que calaba hasta lo más hondo de los huesos.
Jaxon se encontraba guarecido en una pequeña cueva, en la parte más profunda del bosque Nightree, de repente se oyó a lo lejos el aullido  de un Tinglin  que había salido de caza, Jaxon preparó su arma dispuesto a defenderse.
Nuevamente se oyó al Tinglin pero ahora muy cerca, ya había olido a su presa. Estar en el bosque había sido un error pues todo el mundo sabía que no se debía estar en Nigtree  cuando hubiese oscurecido y la razón de ello estaba a punto de alimentarse de él.
Sin previo aviso el Tinglin se abalanzó sobre él, pero Jaxon no era ningún principiante así que levantó su espada y se la incrustó en el corazón, pero el empuje de la bestia fue tal, que lo impulsó contra la pared de roca haciéndole perder el equilibrio, si en ese mismo momento hubiese habido otra bestia no lo podría contar, pero para su suerte no habían más, o eso creía él...
De imprevisto apareció otra bestia, Jaxon intentó retirar la espada de la primera bestia pero ya era demasiado tarde, el segundo Tinglin levantó su horrenda zarpa cuando una flecha irrumpió en su cabeza.
-Nuevamente te debo  la vida -le dijo Jaxon a una joven que se encontraba en la entrada de la cueva, portando un  arco de unas cuatro brazadas y ya preparado con una segunda flecha.
-Primero hay que asegurarse que no hay más animalitos por la zona,-le contestó esta fríamente -pero prefiero salvarte la vida a tener que estar sola en este condenado lugar.
Jaxon atónito se quedó sin habla, y sacó la espada del cuerpo sin vida del Tinglin.
-Mejor será que te quedes en la cueva y enciendas un fuego, he traído unas cuantas ramas, están al lado de la entrada -Le dijo Manora al ver a este un poco reacio a salir de la cueva.
 Dicho esto salió de la cueva con el arco preparado, Jaxon sin saber cómo  preparar un buen fuego, reunió todas las ramitas que encontró, sacó un trozo de pedernal de su mochila, lo raspó con el filo de la espada y empezaron a saltar chispas, una de ellas prendió y  empezó a llamear.
AL momento apareció Manora con una extraña ave de color grisáceo y de unos dos metros de envergadura.
-Oye, ¿te vas a comer eso?- pregunto Jaxon un poco asqueado.
-Sí, pero tú no tienes por que comerlo, estamos a unos tres días de camino de Merón y no creo que nos encontremos a ningún mercader por aquí cerca- respondió la muchacha.
-No sé a quien habrás salido, pues te comes todo aquello que pillas sin pensar si es o no venenoso- contesto este con una voz algo graciosa- sin embargo tienes razón , por aquí no hay mucha abundancia de comida-.
- Habrá que limpiarlo y trocearlo para poder asarlo - Manora cogió el cuchillo de su bota derecha y se dispuso a limpiarlo.
-Mira Jaxon ya sé que sufres por la enfermedad de nuestra gente y también sé que  su cura la posee el dragón milenario pero poco es lo que sabemos de él, ¿y si no es más que una leyenda?, ¿y si resulta que es una mentira para aquellos aventureros que están locos por la avaricia?, pues bien sabes que las escrituras de nuestro antepasados dicen así ``Aquellos que reúnan las cuatro piedras elementales y hallen al dragón en su caverna de arena podrán pedirle uno de sus tres tesoros: la cura de toda enfermedad , el elixir de la vida eterna o todas las riquezas que se puedan imaginar´´, sabes que muchos lo han buscado pero ninguno lo ha encontrado.
Jaxon  se quedó perplejo ante la negativa de su compañera, pero se recompuso y le contestó con voz fría aunque controlada- solo llevamos dos días de viaje y ya estas pensando en echarte atrás, además sabes que los demás aventures no han sido capaces de entrar en este condenado bosque, ¿o no?
-Yo no quiero echarme atrás Jaxon, sólo me preocupo por ti, ahora tranquilízate, sal de la cueva y lanza las vísceras y el pellejo a lo alto de un árbol para evitar a mas visitantes no deseados- dicho esto le dio la espalda y empezó a afilar unas ramitas que les servirían para calentar la carne.
Jaxon sin saber que más decir salió  de la cueva. A unos trescientos pasos arrojo los desechos a un árbol. Siguió caminando para aclarar sus pensamientos, cuando de pronto se dio cuenta que se había perdido. Empezó a calcular los pasos que había dado, pero estaba tan absorto que le era imposible saberlo. Cuando miro a su alrededor detenidamente se percató que se encontraba en un claro y su centro contenía un pilar con una extraña piedra verde en su extremo.
Enseguida supo el valor de dicha piedra corrió a cogerla.
Fue tan atropelladamente que no se dio cuenta de la inscripción de advertencia, cuando la cogió el suelo sobre el que se situaba cedió abriendo una gran fosa. En la parte más honda, habían unas estacas afiladas, así que cuando él  cayó pensó que todo estaba perdido, pero una maño lo agarró y le dio un tirón evitando así su muerte prematura, cuando cayó en la cuenta quien era su salvador se rio sin control.
-¡Tú estás loco!- Manora lo miró intentando que su voz fuera lo más sombría posible, pero no pudo evitar reírse- Bien Jaxon  ahora ya tenemos la piedra del bosque. Pero no pienses que ya está todo resuelto, pues quedan cuatro días para que se le agote el tiempo a tu madre.
-Oh Manora, ¿porqué enturbias este momento con malos recuerdos?-Jaxon la miró atentamente buscando algún signo de maldad en sus ojos, pero no lo encontró.
-Jaxon, hago esto tan solo por tu bienestar-Manora extendió la mano hacia el pidiéndole la piedra.
Ella guardó en su mochila su valiosa posesión y se dispuso a volver a la cueva. Jaxon por otro lado se quedó donde estaba, mirando el lento andar de su compañera, al percatarse que se estaba quedando solo, tomó el camino de vuelta a la cueva. 
CAPITULO 2: Un extraño hombre
A la mañana siguiente ambos reanudaron la marcha. El día transcurría sin problemas cuando un extraño joven sobre un caballo apareció entre los árboles y les hablo sin premura.
-Buenas tardes bella dama y a usted grácil caballero, ha sido una gran coincidencia el ayarnos en un bosque tan espeso, sin embargo ando un poco perdido partí de Merón esta misma mañana, voy con destino a Jerá, pues huyo del conde Ruperio pues me ha acusado de traición, si podéis indicarme el camino os lo agradecería.-dicho esto el jovendesmontó del caballo y se dispuso a escuchar a los dos muchachos.
Jaxon miró a Manora con ojos interrogatorios y esta le devolvió la mirada, así pues se dispuso a contestarle.
Oiga usted buen hombre, atravesar el bosque es muy difícil, yo le aconsejaría rodearlo, eso sí, tardaría el doble, - Jaxon empezó a darse cuenta de que su interlocutor daba muestras de haber luchado en una batalla- aunque estaría más seguro por los caminos.-
-Si me permites la pregunta, ¿Por qué te acuso el conde de traición?-Preguntó Jaxon desconfiando.
-Yo era uno de sus más jóvenes  caballeros pero Felssan, mi escudero, me acuso de estar conspirando contra Ruperio. Por la noche mientras dormía me encarcelaron. Pero anoche conseguí escapar. Me escondí en casa de unos amigos y esta mañana al alba huí a galope al bosque.-El hombre miraba con la vista perdida.
-Perdona pero aun no nos has dicho tu nombre-le increpó Manora.
-Fuerte falta por mi parte-le respondió este sin sentirse aludido.-me llamo Fandarelmont, pero llamadme Fander.
Y ahora que ya conocéis mi historia quizás debierais contarme la vuestra.
Manora reflexiono un momento antes de decidirse.
-Bien nuestra historia comienza en Mirat. En nuestro poblado hay una enfermedad que no se puede curar, nosotros estamos tras la pista del dragón milenario, así fue como llegamos al bosque-Manora sin saber si debía contarle lo de la piedra. Decidió no comentarle nada de dicho hecho.
-Bien, ahora me gustaría pediros un favor- un rayo de esperanza cruzo los ojos del caballero-mi petición es poder acompañaros, ya sé que no me conocéis, pero si consiguiéramos hallar al dragón, podría presentarme ante mi señor y en ese momento, limpiar mi nombre.
Jaxon lo meditó unos instantes hasta que se dio cuenta de que Manora le estaba dando la aprobación.
-De acuerdo, podrás acompañarnos, pero con una condición, - Jaxon se paro para darle un tono de amenaza- si llegamos a encontrarlo, no podrás coger ni tocar nada, ¿de acuerdo?
 -¡Oh! De acuerdo,-Fander no supo como agradecérselo-pues entonces, ¿Cuándo empezamos?
CAPITULO 3: La tierra y el aire
Cuando amaneció La Muralla brilló en todo su esplendor.
Jaxon, Manora y Fander recogieron los enseres y los cargaron en el caballo.
Por la cordillera discurría un pequeño sendero de unos tres metros de ancho, las laderas eran empinadas y altas. Los tres muchachos se encontraban a la mitad de la ladera cuando un brillante resplandor llamó su atención.
 -¿Qué es eso?-Pregunto Jaxon
-Parece como una piedra brillante,-Fander entorno los ojos y exclamó- No puede ser, ¡es un diamante!
-De acuerdo tenemos que darnos prisa-Manora se quedó -pensando durante unos momentos- pero estad atentos, no sabemos si hay alguna trampa.
Los tres se pusieron en marcha. El sendero fue estrechándose hasta que se quedó en un pequeño camino de apenas un metro de ancho.
Al llegar hasta la cúpula se dieron cuenta que de verdad era un diamante de dimensiones extraordinarias.
-Me pregunto por qué habrá pasado desapercibido durante tanto tiempo- Comentó Jaxon
-Posiblemente sea que este pequeño montículo solo se ve desde el camino que hemos tomado-Añadió Fander
-Mirad tiene una pequeña placa -Jaxon y Fander miraron extrañado la placa. Decía ``aquel que busque la tierra y el aire deberá esperar con el bosque en su cima´´.
-Me pregunto qué significa- Comentó Fander
-Seguramente es un acertijo, si os fijáis bien en la punta del diamante hay una muesca-Manora sacó la piedra del bosque y la colocó en el diamante.
Se oyó un chasquido y empezó a abrirse una pequeña entrada de treinta centímetros de alto, también se oyó el movimiento de un mecanismo.
-Mirad el diamante se está soltando- Dicho esto el diamante empezó a caer vertiginosamente, pero Fander lo cogió en el último momento.
-En la abertura hay una extraña piedra- Manora extendió la mano, agarró la  piedra y tiro de ella con determinación. Al ver la cara de asombro de sus compañeros respondió-Por si hubiese alguna trampa.
Dicho esto un fuerte pitido empezó a manar del montículo y acto seguido un fuerte chillido se oyó en lo alto.
En el cielo había un crotalorium gigante, de envergadura tenía más de 15 metros.
La bestia se abalanzó sobre ellos con una fuerza abrumadora, Jaxon intentó herirle con la espada pero la piel de aquella bestia era más dura que el propio acero, así que la espada de este rebotó  en su piel.
Manora se dio cuenta de que el pitido seguía sonando. Ella cogió su espada y cargo contra la pequeña torre. Jaxon y Fander se percataron de la labor de esta y se dispusieron a ayudarla.
El crotalorium volvió a abalanzarse sobre ellos al tiempo que emitía un fuerte rugido de furia.
-Ya está a punto de caer- Manora arremetió una última vez con fuerza y la torre cayó.
El pitido ceso, pero la furia de la bestia no decaía.
El animal arremetió contra Fander, lo agarró de una pierna y se lo llevó a las alturas para devorarlo.
Fander daba sablazos a diestro y siniestro pero no conseguía hacerle ni un simple rasguño.
El  animal lo lanzó por los aires en un intento de poder comérselo. Cuando el  crotalorium abrió las mandíbulas Fander estiro la espada hacia el interior de la boca y se la clavó atravesándole el cerebro.
Al momento bestia y humano cayeron desde las alturas a una muerte segura.
Cuando a Jaxon vio a su compañero caer, actuó rápidamente. Cogió el arco más a mano, ató una cuerda a uno de sus extremos, la colocó, tensó y lanzó en dirección a la bestia.
Fander cogió la cuerda y ató un extremo en un ala y el otro, en el ala restante.
Al hacer esto las alas y la cuerda se tensaron y la caída disminuyó su velocidad.
El suelo se hallaba próximo y la caída seguía siendo vertiginosa, cuando una ráfaga de viento paró la caída y lo mantuvo en el aire durante unos instantes.
Al llegar a tierra firme fue Jaxon el primero que habló.
- Ha sido increíble y lo que es mejor ya tenemos tres de las cuatro piedras- Jaxon estaba eufórico.
-No cantes victoria aun Jaxon pues todavía tenemos que encontrar la piedra del fuego -Manora se quedó pensativa- Creo que la última se encuentra en la montaña de Fuego. Tendremos que llegar hasta el puerto de Marva, y allí tomar un barco hasta Riternor.
CAPITULO 4: El fuego
Jaxon, Manora y Fander desembarcaron en el puerto costero norte.
-Bien, ahora tenemos que dirigirnos a la montaña de fuego-  Manora se percató de que sus compañeros miraban en dirección a la montaña- pero primero tendríamos que aprovisionarnos de agua y comida.
-Mirad allí hay una vieja taberna- Jaxon señaló en dirección a una pequeña casa,  empotrada entre dos almacenes de pescado. Su nombre era ``El rincón del pescado´´-No es que sea muy acogedora pero al menos podremos descansar un poco.
-Es una buena…- Fander calló de ponto, su mirada estaba dirigida a un cartel colgado de un postigo de la taberna.
En el cartel Habían dibujado sus caras.
-¡Oh, no! ¡Han puesto precio a nuestras cabezas!- Fander miró a sus compañeros y les dijo- Lo siento mucho por mi culpa ahora sois traidores, al igual que yo-
- No te preocupes, saldremos de esta isla en cuanto hallemos  la última piedra- Manora intentó infundirle toda la fuerza de voluntad que pudo a estas palabras- Tendríamos que continuar directamente a la montaña-
-Si salimos ahora posiblemente lleguemos por la noche al cráter, así que venga daos prisa- Jaxon estaba preocupado, el conde Ruperio no tenia poder en este condado, pero siempre estaban los odiosos mercenarios- venga en marcha que mañana quiero estar en Tirca-

El camino hasta la montaña era largo y tortuoso, las tormentas de los días anteriores habían provocado algunos desprendimientos de tierra.
La montaña se distinguía a los lejos grande y majestuosa.
Ya bien entrada la noche los tres aventureros llegaron a su cima. La imagen que ofrecía era espeluznante. Ríos de lava discurrían por todas partes.
Un pequeño camino serpenteaba por las paredes del cráter amenazando con caerse.
Al final del camino se abría una gran cueva en su techo habían cantidades ingentes de musgo luminoso, dándole a la gruta una luz lúgubre y sombría.
Había una gran laguna en el centro de la cueva, pero lo impresionante era la torre que se erguía en su centro. Era de un color rojo y media unos dos metro de alto.
-Lo mas probable es que la piedra este en su cima,- Fander miró a los otros dos con un poco de nerviosismo- pero al igual que las demás tendrá algún mecanismo de seguridad.
-¿Por qué siempre tiene que haber algún pero?-Jaxon le preguntó a Fander,  como este no respondía lo dejo estar.
-Habrá que mojarse, ¿verdad?- Jaxon se quedó en calzones y se zambulló en el agua, pero acto seguido salió del ella atropelladamente.- ¡Esta ardiendo!
-Ja ja ja ja ja ja, Jaxon, estamos en un volcán, ¿qué esperabas?-Manora lo miró intentando reprimir la risa.
Los tres muchachos decidieron recorrer la orilla en busca de algún método para cruzar.
En la parte más oscura de la cueva encontraron un pequeño camino sumergido, a unos diez centímetros de profundidad.
Manora metió un pie, y lo retiró inmediatamente.
-Está caliente, pero si cruzamos rápido no nos molestara mucho- Dicho esto cruzó corriendo el camino dejando atrás a los dos muchachos.
Cuando llegaron a la torre Manora estaba leyendo.
-``En el momento justo en el que la piedra sea retirada, el volcán entrará en erupción´´, cuando la coja tendremos que correr por donde hemos venido.- Manora extendió la mano, cerro el puño en torno a la piedra y tiro de ella.
Un temblor recorrió la cueva, el nivel del agua comenzó a disminuir y unos ruidos atronadores ascendían desde el interior del volcán.

Jaxon fue el primero en echar a correr, le siguió de cerca Manora y en último lugar Fander.
-El camino se está derrumbando, hay que darse prisa- Jaxon tuvo que gritar pues el ruido era ensordecedor.
El calor era asfixiante, cuando consiguieron salir del volcán siguieron corriendo. Hasta que no estuvieron lejos, no pararon a descansar,
 Ya tenían la cuarta piedra, su siguiente destino era el Gran Desierto de las Cascadas.

CAPITULO 5: La prueba
Después de dos días de trayecto, en el que apenas pudieron descansar, por miedo a ser descubiertos por  los mercenarios llegaron al  Gran Desierto de las Cascadas, que  era famoso por sus cascadas pero no de agua, sino de arena, y esa era la meta de los tres aventureros.
-El calor es sofocante, nos queda poca agua, la arena se me mete en los ojos, el viento me enreda el pelo- Manora se estaba quejando por todo lo que podía, en los últimos días la situación había ido a peor.
- Manora, ¿por qué  estas tan enfada?-Jaxon le increpó -es insoportable que estés quejándote todo el día-
-Chicos silencio-Fander señalo a una duna-¿No lo oís?
- Si ahora que lo dices es verdad, se oye como si alguien estuviera tirando arena desde las alturas, creo que hemos llegado.
Ante ellos cuatro inmensas cascadas de arena caían desde una gran altura, y se apreciaba que cada una tenía una cueva.
Los muchachos entraron en la primera, en la cual había un altar de color verde pálido.
-Me pregunto qué pasara si colocamos la piedra del boque en el altar- Jaxon cogió la piedra y la colocó en el altar,
 Cuando la piedra tocó el altar, la cueva se iluminó en un tono verdoso.
-Bien, ahora ya sabemos que debemos hacer- dijo Fander al tiempo que cogía una piedra- que cada uno coja una y la ponga en su respectivo altar, nos veremos en el claro que hay fuera cuando terminemos.
Así, se separaron Fander tenía la piedra de la tierra, Manora la del aire y Jaxon la del fuego, a medida que fueron siendo colocadas, las cuevas empezaron a emitir el color de su elemento.
Cuando terminaron de colocarlas se reunieron en el claro.
-Ya están todas, ¿Qué debemos hacer?-Jaxon los instigó con la mirada esperando una respuesta.
Pero la respuesta llegó por sí sola.
Un rayo de luz salió de cada una de las cuevas congregándose delante de ellos, y empezó a formarse una silueta.
-¡Lo hemos conseguido!, ¡encontramos al dragón milenario!-Jaxon estaba eufórico.
-¡Quién sois, cómo osáis molestar mi descanso eterno!-retumbó una voz enfurecida en sus cabezas.
-Oh, gran dragón estamos aquí para pediros la cura de la enfermedad de mi pueblo- Jaxon fue el primero en hablar.
-Para daros esa cura tendréis que responderme a una pregunta,-la voz sonaba amenazadora, pero al mismo tiempo conciliadora.- ¿qué haríais, si no es verdad que yo poseo esa cura?-
-Pues nosotros seguiríamos luchando hasta hallarla, jamás nos rendiremos llegaremos hasta el fin del mundo y si hace falta daría mi vida por conseguirla- Jaxon entornó los ojos para intentar ver algo más que luz, pero cuanto más pasaba el tiempo más le costaba ver nada, hasta que no consiguió ver nada más.



CAPITULO 6: EL Reencuentro

Un fuerte golpe le despertó, cuando consiguió moverse y mirar a su alrededor, se dio cuenta de que estaba en su casa, acostado en su cama, pero no estaba solo. Su madre lo ayudó a levantarse y este le preguntó.
-Madre, ¿dónde se encuentran Fander y Manora?-Jaxon estaba preocupado, no se acordaba de nada después de la pregunta del dragón, no recordaba haber vuelto.
-No te preocupes están fuera comiendo y cambiándose- dicho esto la madre descorrió la cortina y lo empujó fuera.
Fander y Manora estaban sentados alrededor de un pequeño fuego, Jaxon se sentó junto a ellos y les preguntó.
-¿Recordáis algo?-Jaxon cogió un trozo de pan y se dispuso a escucharles.
-Jaxon, no recordamos haber vuelto. Unos comerciantes que venían desde Nirta, nos encontraron a las afueras del bosque Nightree inconscientes, pero nuestra gente ya no está enferma y parece que están mejor que nunca- Manora señaló a cada uno de los presentes con un amplio círculo.- Al final conseguimos la cura, pero fue gracias a que nunca  nos dimos por vencidos.

5 comentarios:

  1. Esta Historia si que es de las buenas, animo y sigue escribiendo.

    ResponderEliminar
  2. Segui escribiendo Tienes un buen animo el cual llama mucho la atencion a muchos.

    ResponderEliminar
  3. Yo también coincido en que es una historia fantástica, si consiguieras desarrollar mas el mapa y la historia podrías llegar a escribir un libro, animo y a escribir que eres bueno.

    ResponderEliminar
  4. Esta claro que te gusta mucho la lectura , sigue así, enhorabuena. Tienes un gran futuro.

    ResponderEliminar
  5. muy buena historia deberías hacer un libro

    ResponderEliminar