¿Y si no es verdad? David Marcos Cabrera

Era un día como otro cualquiera o eso parecía, Rubén un niño de 15 años se preparaba para ir al instituto, al salir de la casa se encontró con su amigo José y los dos caminaron juntos, casi ya llegaban al instituto cuando se encontraron con una viejecita tirada en el suelo con un sobre al lado, ellos le dijeron:
- Hola ¿Qué te ocurre?
-A la que ella dijo .¿Dónde estoy?¿Qué hago aquí?
La viejecita no se acordaba de nada ni siquiera se acordaba de su nombre, los niños muy extrañados le dijeron que iban al instituto y que al terminar les venían a buscar para ver que le había pasado.
Al terminar el instituto la fueron a buscar, ella seguía allí pensativa con un papel en la mano. Los dos amigos le preguntaron que era aquel papel, ella les dijo que era un mapa con unas indicaciones para encontrar un tesoro.
¿Y si no es verdad? Y si era una trampa y terminaban como ella, los niños estaban muy asustados pero aun así querían llegar al final de todo, así que le preguntaron si les quería acompañar a lo que ella dijo sí.Al día siguiente estaban al principio de un bosque con el mapa en la mano, Rubén el mas valiente de ellos se adentró, José y la viejecita no estaban muy convencidos pero iban detrás, ya llevaban caminando media hora cuando se encontraron con una cueva de frente.
Algo extraño le pasaba a José que cuando vio la cueva se echo atrás, Rubén le preguntó -¿que te pasa?,José le dijo -ya lo entiendo todo, ya sé porque la viejecita había perdido la memoria, él les explicó que en la entrada de la cueva habían unas flores muy extrañas que si las hueles te olvidas de todo. Rubén muy asustado fue hacia las flores y sin respirar las arrancó y las tiró muy lejos. Rubén le preguntó a José si había algún antídoto a lo que él no sabía.
Dejaron aparte ese tema y se adentraron en la cueva. La cueva estaba oscura y solo se veía gracias a una linterna que había cogido José.Ya llevaban una hora caminando cuando se empezaban a preguntar si la cueva no tenia fin, de repente se dieron cuenta que al final de la cueva se veía luz, al salir de la cueva se dieron cuenta que estaba lleno de esas flores que hacían perder la memoria, pero había algo extraño, en el centro de todas las flores había una que era distinta, Rubén volvió a ver el mapa y vio que en las indicaciones ponía que el tesoro devolvía aquello perdido, en ese momento se dieron cuenta que el tesoro era el antídoto para la viejecita así que la fueron a buscar y se la dieron a ella, cuando la olió volvió a acordarse de todo, muy feliz se lo agradeció a los dos muchachos que estaban muy felices porque el tesoro le había devuelto la memoria.