Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

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La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



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¡BIENVENIDOS!

¿Y si no es verdad? Daisy Alonso Candelaria

Estaba yo en casa, cansada del duro día que había tenido, después de haberme pasado el día entero de compras en "Las Palmas". No sabia que hacer; si dormir, si salir con mis amigas…
Opte por la primera opción; me desvestí, me puse mi pijama rosa y me acosté en mi cama blandita y cómoda. Quede profundamente dormida en cuestión de segundos, un sueño, del que parecía que nunca iba a despertar.
Mi subconsciente se desplazó a un lugar que nunca había visto. Un sitio en donde ¡todo era perfecto! Las personas eran muy amables, te ayudaban en todo lo que podían, en las calles no había tráfico, en las tiendas no había cola para pagar…
Todo era perfecto, hasta el momento en el que me sentí observada; a simple vista nadie me miraba; al girarme vi un hambre que se dirigía hacia mí. ¡No lo conocía!, era de mediana edad, (unos 40 años aproximadamente). Empecé a caminar dándome cuenta de que no dejaba de perseguirme; lo ultimo que recuerdo después de esa escena es que de repente me encontraba en un edificio de 60 plantas, con millones de escaleras que empecé a subir intentando huir.
Estaba ya muy cansada, cuando me encontré con unas personas que descendían por el mismo camino. Yo les pedí ayuda, pero ellos ni me miraban; podría jurar  que ni me oían. Subí 6 plantas más, hasta que llegue a la azotea. Salí, creía que estaba a salvo. Me acerque al borde para ver si lograba detectar al hombre; no lo vi.
Lo que no sabía era que estaba detrás de mí. Sin darme ninguna explicación me lanzo al vacío. Pasaron minutos, y lo asombroso era que nunca llegaba a tocar el suelo; solo descendía. En ese momento me desperté muy sobresaltada por lo que había soñado.
Y yo me preguntaba: ¿y si no es verdad? ¿Realmente estaba soñando? ¿O paso de verdad? No lo sé; solo puedo contar que me levante, me di una ducha de agua fría, me vestí y baje a la calle a que me diese el aire, y a debatir conmigo; si el sueño había sido solo eso; una experiencia o un aviso sobre lo que iba a pasar en un futuro no muy lejano.

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