Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

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Un Sueño Disparatado. Zulema Rodríguez Medina

Un sueño disparatado
En un lugar del mundo, de cuyo nombre no quiero acordarme, nacía un niño bastante bonito, con cara de travieso y una mirada que transmitía una gracia especial. Como a cualquier niño, le gustaba corretear por todos lados, bailar, cantar… Solo una característica lo diferenciaba del resto de los niños y ésta era que su primera palabra no fue papá o mamá como diría cualquier niño sino "gaga". Su madre extrañada lo comentaba con su familia y amigos, incluso acabó por llevarlo a un psicólogo ya que le parecía muy raro que su hijo dijera esa palabra sin tener explicación alguna. El psicólogo, lo único que le dijo a la madre fue que intentara que el niño viera un poco menos la televisión y se dedicara a jugar con amigos, que fomentara sus relaciones sociales. La madre un poco más tranquila decidió comprar al niño un cochecito el cual llevaba en su interior un muñeco con rasgos asiáticos con el cual jugar fuera de su casa y así hacer que se apartara un poco de la televisión y todo esto ignorando por qué debía hacerlo.
Pasaron los días y el niño jugaba a cada momento con su coche pero ¿qué había pasado con el muñeco? Carlos, que así se llamaba el niño, lo había pintorreado y disfrazado como si de un modelo se tratara. Años después contaba a su madre que él quería ser diseñador, peluquero, maquillador y la madre le decía que si eso era lo que a él le gustaba que luchara por ello ya que todos debemos luchar por nuestros sueños.
Un día de esos apareció Carlos con unas gafas rarísimas, de colores extravagantes, con lentejuelas a los lados. La madre se había quedado impactada al ver el cambio que estaba dando su hijo pero ella estaba en contra de decirle algo por como vestía ya que cada uno debe tener su propia personalidad.
Fue un sábado por la mañana cuando la madre se disponía a limpiar la habitación de su hijo. Para su asombro encontró un sujetador de leopardo. La primera idea que le vino a la cabeza fue que su hijo estaba trayendo chicas a su casa sin permiso, que a lo mejor tenía novia, por lo que no lo pensó dos veces y desde que lo vio llegar a casa decidió preguntarle y salir de dudas. Le hizo las preguntas típicas pero sin llegar a decir el porqué del cuestionario. Su hijo, muerto de risa esperó a que su madre terminara de hablar para contarle toda la verdad ya que creía que era hora de que lo supiera. – Mamá, desde pequeño tengo un sueño, un sueño que me va a costar alcanzar ya que es casi imposible. Nunca te lo he dicho, por miedo o por vergüenza quizás. Mamá yo quiero ser como Lady Gaga, sueño con ser mujer y además famosa, diseñar ropas que casi nadie vista, que todos hablen de mi. La madre impresionada recordó lo que decía de pequeño, su primera palabra, lo que había dicho el médico de la televisión, el muñeco maquillado, lo que le había contado él ahora… y todo esto para cumplir ese sueño tan disparatado: ser como la famosa Lady Gaga

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