Eran las 6.30 a.m, y suena el despertador como cada día en la casa de los Santana. La pequeña, María, se levanta siempre con las mismas ganas e ilusión para ir al colegio.Pero hoy con mucha mas gana, ya que hoy su clase tiene una excursión al museo Thyssen.
Toda la familia desayuna junta, para cada uno irse, e incorporarse en su rutina diaria. Cuando la niña llega al colegio, ya están todos sus compañeros/as preparados en fila, para irse de visita al museo.
Al cabo de un par de horas… mientras la clase se encontraba visitando el museo, la niña ve a lo lejos de la sala un monumento que la deja fascinada, se ubicaba en una esquina con una luz perfecta para llamar su atención. Se separa del grupo, y se queda perpleja delante de ella durante unos minutos, la figura era preciosa, dorada, con características extrañas, pero entre mas extraña, más hermosa para ella, por lo que siempre destacaría del resto.
Mientras tanto, su madre tenía que decidir que hacía de comer, ya que según el menú diario hoy tocaría "canelones", pero como ella se encontraba a dieta, y le apetecía más una ensalada, decidió cambiar por una vez el menú.
A la 13.30 pm, la madre fue a buscar a la pequeña al colegio, y durante el trayecto de vuelta a casa, fueron hablando del día de cada una. La pequeña le comento todo sobre la visita al museo, y sobre el fantástico monumento quedo le dejo tan encantada.
Le insistió a la madre que deberían volver pero todos juntos ese mismo sábado, para que ella también lo apreciará… a lo que la madre aprovechó para hacer un trato con la pequeña (ya que a ella las verduras no le gustaban):
- Dijo la madre: hoy comerás ensalada y este sábado iremos al museo.
- Dijo la madre: hoy comerás ensalada y este sábado iremos al museo.
- A lo que la niña sin pensarlo contesto: Siiii!, acepto. Dejando a la madre sorprendida.
Ese día comieron ensalada cambiando la rutina de la casa, y el sábado fueron a visitar el museo y pasaron un día feliz y junta la familia
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