Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

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La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



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¡BIENVENIDOS!

La historia de Clara. Laura Hernández Hidalgo.

Clara era una pequeña niña de ocho años que vivía con su familia en una de las principales calles de la ciudad de París, en Francia. Aquí la pequeña tenía una vida muy entretenida, iba al colegio todas las mañanas, comía en casa con su madre, hacía las tareas y por las tardes le encantaba ir a jugar con sus amigas que vivían en la misma manzana. Les encantaba llenar sus mochilas de cosas que encontraban por las habitaciones para disfrazarse e inventar historietas en el parque, utilizaban todo tipo de objetos, hojas que caían de los árboles, palos, cajas vacías de los productos de lavar de sus madres, caretas que elaboraban en el colegio y muchísimas cosas más.

Quedaba poco para que acabase el colegio y una noche Clara cenando con sus padres recibe una mala noticia, habían despedido a su padre del trabajo y tenían que irse a vivir a las afueras de la ciudad. Tras unas semanas preparando la mudanza llega el día de marcharse, la pequeña se despide de sus amigas y se sube al coche muy triste.

Han pasado ya dos horas de viaje y se empieza a ver en el horizonte las primeras casas del pueblo, Clara está un muy nerviosa, todo le parece muy extraño, nada se parece a su antigua cuidad, no hay grandes casas, no hay muchas personas en las calles, ni  coches por las carreteras.

Al llegar a su nuevo hogar empiezan a bajar las cajas del coche, las dejan en el salón y Clara se va por la casa a curiosear y encuentra una habitación que le gusta mucho así que sube sus cosas y las coloca como puede.

Han pasado ya cinco días desde que llegaron al pueblo y todavía no ha conocido a nadie  por allí, pero esta noche hay una pequeña fiesta en la plaza de la iglesia. A Clara le parece una magnífica idea así que se prepara y sale caminando con sus padres hacía la plaza.

Una vez allí ven a mucha gente sentada hablando y Clara se fija en los niños que están alrededor del puesto de golosinas, pero no les presta mucha atención. Entonces sus padres empiezan a hablar con unos vecinos y Clara se fija en una mujer de piel negra que está sentada en un banco apartado de la iglesia.

Con mucha curiosidad se acerca y le pregunta su nombre, a lo que la mujer le responde muy amablemente, Marieta y comienzan una conversación. Después de varias horas escucha a sus padres llamándola y rápidamente le pregunta Marieta si puede visitarla el fin de semana y esta acepta.

Es viernes y Clara está muy ansiosa por visitar a su nueva amiga, así que se acuesta temprano para madrugar el sábado, terminar las tareas y bajar por la tarde a casa de Marieta.

Ya ha llegado la tarde del sábado, llena su mochila de todo lo que se encuentra por su habitación, tiene muchas ganas de enseñárselas a Marieta, se despide de sus padres se marcha. Al llegar toca en la puerta y una vocecita le dice que entre, le llega un olorcillo a galletas y se dirige a la cocina.

Marieta la invita a merendar, cuando acaban lo recogen todo y Clara abre su mochila para enseñarle sus cosas. La pequeña invita a Marieta a jugar a disfrazarse, esta acepta y pasan toda la tarde jugando. Se da cuenta de que se ha hecho de noche y se despide de su amiga. Clara vuelve a casa muy feliz y en la cena le cuenta a sus padres que ha conocido a una nueva amiga… ahora este pequeño pueblo le parece más interesante y divertido.

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