Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

El kiwi y el erizo. Paola Talavera Suárez. Gran Canaria

Eran las 09:45 de la mañana, un jueves como otro cualquiera, o al menos, eso parecía, todavía dormía, cuando de repente sonó el teléfono móvil, era un mensaje de mi primo Gustavo. Había descubierto algo increíble, algo nunca visto y me pidió que fuese lo antes posible al laboratorio, tenía que ver lo que había hecho.
Me sorprendió tanto su mensaje, que de un salto me puse en pié, me preparé y me dirigí hacia el laboratorio.
Al llegar, Gustavo estaba entusiasmado y muy inquieto, caminaba de un lado a otro, había pasado toda la noche trabajando en eso tan importante. Desesperado por saber de qué se trataba, le preguntaba: ¿Qué es eso tan novedoso que has descubierto? ¡Enséñamelo!
Entonces, me dijo: Daniel, va a ser mejor que te sientes porque esto que te voy a enseñar va a ser la caña… y de repente, levantó la sábana que estaba situada a su lado. Cuando lo vi me quedé perplejo, a simple vista parecía algo corriente, era algo parecido a un huevo aunque más chato, marrón y recubierto de pelos muy pequeños. Entonces, le pregunté: Gustavo, ¿qué es eso? Y sin más dijo: no te sorprende ¿verdad?, ¡Ahora verás!, cogió un cuchillo y lo partió por la mitad.
¿Qué haces? grité. Me dio una de las mitades y me dijo: pruébalo.
Tenía un color verde moco. Mmmm…estaba buenísimo. ¿Qué es?, le pregunté. Lo llamaré "Kiwi", dijo Gustavo.
Pasaron varios minutos, mientras lo felicitaba por su gran trabajo, cuando me paso algo muy incomodo. Me dolía la barriga, necesitaba ir al baño.
-¡¡Gustavo!! ¿Qué le has echado a esto? Le pregunté.
-Nada, simplemente ese es el efecto que crea el kiwi, dijo Gustavo. ¡No es genial…con esto curaremos el estreñimiento!
De pronto de escucho un ruido. Shhhh…, dijo Daniel. ¿No oyes eso? viene de detrás de esas cajas.
Cuando nos acercamos sigilosamente a las cajas, cuál fue nuestra sorpresa al ver que se trataba de un erizo.
-Daniel, ¿crees que sea por el kiwi? A lo mejor su aroma atrae erizos.
-No estoy seguro, pero sin duda habrá que descubrirlo, dijo Daniel.
Fue un día lleno de sorpresas…

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