El jardín de las ninfas
Erase una vez, una princesa cuyo nombre era Letizia, natural de un pueblo rural de Gran Canaria, llamado Artenara. En dicho lugar, se hallaban maravillosas vistas entre montañas que se adornaban con infinidad de flores y especies que allí albergaban.
Nuestra princesa, que vivía en una casita nada fuera de lo normal, si podía presumir de tener quizás el mejor jardín de toda la región, donde plantaba todo tipo de flores y hortalizas, desde naranjos hasta su fruta preferida, la sandia.
Letizia, que pasaba largas horas del día cuidando su jardín y paseando por los alrededores, se percató una tarde de que algunas de sus sandias habían sido descolocadas.
Así pues, extrañada y preocupada por la situación, decidió esperar a ver si volvía a ocurrir… Y así fue, al día siguiente, se repetía la misma circunstancia y sin explicación alguna, esta merodeando por las sandias en busca de alguna pista, encuentra unos zapatos, pero no eran unos zapatos cualquiera, pues eran muy característicos ya que eran pequeños, se adornaban de brillantes estrellas y alguna que otra mancha de barro, por lo que intuyó que debían ser de un niño.
Semanas más tarde, cuál fue su sorpresa al encontrarse una docena de ninfas bailando por su huerta. Quien iba a imaginar que aquellos diminutos zapatos pertenecían a estos seres tan especiales.
La princesa, asombrada y confusa les preguntó, que qué hacían allí y estas contestaron, necesitamos un jardín tan bonito como este para realizar nuestros bailes. Si nos da su permiso prometemos conservarlo en correcto estado durante todas las estaciones del año.
Sin pensarlo, la princesa le dio su aprobación e incluso se atrevió a bailar con ellas, disfrutando de una maravillosa mañana al son de la música.
Buenas tardes, para que no haya confusión mi nombre es Adteyseys y estoy en 3º de Audición y Lenguaje, ya que no me di cuenta de ponerlo en la presentación.
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